En primer lugar, debes ser una pequeña empresa, microempresa o autónomo. Además, es imprescindible cumplir con los límites financieros que definen oficialmente cada categoría de empresa.
Por otro lado, se exige estar en situación de alta con la antigüedad mínima establecida en cada convocatoria, lo cual varía según el programa. Asimismo, no debes estar considerado como una empresa en crisis.
Igualmente, es obligatorio estar al corriente de las obligaciones tributarias y con la Seguridad Social. Por último, también debes asegurarte de no superar el límite de ayudas de pequeña cuantía.